El jueves pasado se ha procedido con la cena despedida a Malolo; personaje que, como todos sabemos, nos ha abandonado para irse a una mejor vida. Sí señores, ha encontrado otro trabajo; una empresa en la que le hablan de contratos estables y subidas de sueldo.
Me gustaría haber puesto una foto de Malolo en "O Fogar do Santiso". Foto llena de glamour con Malolo entre las telarañas del restaurante en cuestión. Restaurante al que no le pueden dar tenedores para valorarlo, porque allí son más de palillos de madera, que de esos utensilios normalmente metálicos que utilizan algunas personas para comer; véanse cuchillos, tenedores, cucharas, etc. Retomando este párrafo, si no incluyo una foto de Malolo en la cena, es por el pequeño detalle de que no se presentó en su propia cena, acto en su honor.
La cena como siempre en este sitio: abundante comida, abundante en alcohol, bastante bien preparados ambos (comida y alcohol). Muchas risas, y una buena juerga para todos aquellos que no tenían que trabajar al día siguiente o durante esa misma noche (putas guardias de mierda @@#@####@%%% ....).
Y nada, a pesar de la ausencia de Malolo, brindamos por él; de hecho lo hacíamos cada vez que nos llenábamos la jarra de cerveza, o la taza de vino, según preferencias. Nos acordamos de él, y hasta casi lo echamos de menos (igual esto no es de todo cierto, pero queda bien decirlo).
Malolo, se te echa de menos por la oficina, pero nos alegramos de que cambies para lago mejor. Nos vemos en los bares (espero que a la próxima te apuntes y vayas), en la oficina nunca más. Un abrazo amigo.
