No todos los cambios son buenos, esperados o deseados. No todos los cambios se aceptan. Esto es lo que pasa cuando una serie de personas ya se ha identificado con una empresa:
El antes:

Y el después:
Cambian el logo, las caras y el número de personas que salen en la foto. La gente ya se había identificado con el nombre de la empresa; o por lo menos, ya había conseguido que sus abuelos y abuelas consigan pronunciar IT-Deusto.
La razón de que aparezcan menos compañeros en la segunda foto, no es porque los hayan despedido para costearse los gastos en publicidad y en parafernalia corporativa. Simplemente, no han querido aparecer. Me parece lógico y normal, ya que nunca sabes cuándo una foto ante el letrero de la empresa, puede salir a la luz y costarte el perder cierto nivel social. De hecho no sé por qué la gente que sale en la foto, se ha atrevido a salir, a posar para esta foto. Locuras de juventud me imagino. Espero no arrepentirme de esto en el futuro. Al menos intentaré que la gente no descubra este blog por el momento.
El párrafo anterior, igual no es todo lo real que debiera, pero si digo que simplemente no hemos coincidido para salir en la misma foto, pierde gancho este post.